Acerca de Estocolmo
Qué ver:
Formada por catorce islas, Estocolmo pide a gritos una visita. Empieza por Gamla Stan, su encantador casco antiguo, donde encontrarás el Palacio Real y la Catedral de Estocolmo con su realista estatua de San Jorge matando al dragón. Una vez hayas paseado por las calles de adoquines arboladas flanqueadas por preciosas casas y hoteles de color pastel, súbete a un barco y ve a visitar el magnífico Palacio de Drottningholm, otra de las residencias reales de Suecia, muy similar a Versailles. Para completar esta ruta real, continúa hasta la isla de Djurgården cuyo terrenos de caza se han reconvertido en un parque. En la misma isla hallarás el famoso museo marítimo de Vasamuseet, el museo de historia al aire libre de Skansen y el kitsch museo de ABBA, además de un montón de kilómetros de carriles bici y rutas para hacer senderismo. Otra alternativa es explorar la isla de Södermalm, la más grande de Estocolmo, que alberga cafés, boutiques, bares y galerías de arte de lo más moderno. Lo mejor es que puedes escoger uno de nuestros hoteles en Estocolmo en la isla que prefieras y que mejor se adapte a tu modo de viajar.
Comer y beber:
Las albóndigas suecas son todo un clásico de Estocolmo, se suelen servir con una deliciosa salsa y arándanos rojos. La comida callejera más popular son los perritos calientes que pueden acompañarse con ingredientes tan originales como puré de patatas, ensalada de gambas o hamburguesas de arenque. Si te apetece darte un festín, prueba el smorgasbord, un bufé con platos típicos a base de arenques, gambas, salmón ahumado, pan crujiente sueco y, como uno de sus acompañamientos, patatas con nata agria y eneldo.
Salte de las rutas más turísticas:
Los veranos en Estocolmo son los mejores y no hay lugar mejor para disfrutar de un día soleado en el archipiélago que en las islas de Fjäderholmarna. Navega hasta la isla principal, un verde rincón repleto de árboles que resulta perfecto para tender la toalla y tomar el sol. También se puede visitar su fábrica de cerveza y hacer una cata con vistas al puerto.
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